Constan en los libros de historia contemporánea, que al finalizar la contienda civil, en abril de 1939, las relaciones
internacionales que mantuvo el Gobierno del General Franco con los estados
europeos eran muy distantes y frias. Eso, cuando no fue España un estado marginado,
aislado u olvidado directamente por algunos gobiernos de nuestro entorno próximo. En este contexto
político internacional, el Gobierno intensificó las
relaciones diplomáticas con los aliados de su causa durante la Guerra Civil. Tal vez
por la admiración que sentían hacia los fascistas italianos algunos
colaboradores de Franco, o puede que por
sintonía y afinidad entre pueblos latinos, fue Italia con quien más se
estrecharon los lazos. Las relaciones con Alemania fueron más difíciles. Con
Portugal siempre fueron buenas, pero apenas disponía de peso en la balanza
europea.
En el mes de Julio de 1939, el Conde Galeano Ciano, yerno del Duce Mussolini
y a la sazón Ministro de Asuntos Exteriores de Italia, vino en visita
diplomática a España. En el panorama internacional Benito Mussolini y su
Gobierno[1]
gozaban de prestigio y esto suponía una propaganda a favor de la Dictadura del
General Franco.
De su paso por España corrieron ríos de tinta.
El seguimiento a un acto de estas características era obligado, con detalle de
los plomizos discursos de cada día. Por otro lado, fue la noticia que rompió la monotonía
de una prensa domesticada y aburrida, mayoritariamente oficial[2].
Me consta, por haber oído a quienes vivieron el acontecimiento en primera persona, el glamour que tuvieron los actos de San Sebastián y otros lugares.
Me consta, por haber oído a quienes vivieron el acontecimiento en primera persona, el glamour que tuvieron los actos de San Sebastián y otros lugares.
Foto: Pascual Marin. Kutxa fototeka |
El Conde Ciano llegó a Barcelona, por mar, el 10 de julio. Tras visitar Tarragona, el día 12 partió en un avión Saboya italiano
al aeropuerto de Vitoria, trasladándose posteriormente a San Sebastián en
coche. El jueves 13 de Julio por la mañana el crucero Almirante Cervera le
llevó a Santander. Una vez allí realizó en coche su visita a Las Merindades
parando en diversos pueblos de la montaña cántabra. Por la tarde regreso en el
mismo medio a San Sebastián donde se encontró con Franco. A día siguiente
visitó la exposición de armas de guerra realizada en el Kursaal donostiarra y
acudió a una corrida de toros en la plaza del Txofre. En avión se desplazó a Madrid, desde allí
visito Toledo y al cardenal Goma, regresando de nuevo a Madrid para despedirse.
Los periódicos “independientes” ABC y La Vanguardia hicieron un seguimiento casi a diario, ilustrado con múltiples fotografías, de todos los desplazamientos y visitas.
Los periódicos “independientes” ABC y La Vanguardia hicieron un seguimiento casi a diario, ilustrado con múltiples fotografías, de todos los desplazamientos y visitas.
Para el seguimiento de esta noticia, he
tomado La Vanguardia del día 14 de Julio de 1939, pg. 4. Dada la extensión que
tiene, en un intento por resumir, iniciaré el viaje en coche que partió de Santander hacia el interior.
“El conde Ciano salió luego al paseo de
Pereda y allí tomó el coche en compañía del ministro de la Gobernación, señor
Serrano Súñer, con el gobernador, marqués de la Eliceda, y con el alcalde, sin
que cesaran ni un momento las ensordecedoras aclamaciones, que se repitieron en
el mismo tono entusiasta hasta que, por los Cuatro Caminos, seguido por una
caravana de más de cien coches, salió el conde Ciano en dirección al puerto del
Escudo, donde se había de celebrar la solemne ceremonia de descubrir e]
monumento erigido en memoria de los legionarios caídos en aquel lugar.
Todo el trayecto que
había de recorrer el conde Ciano hasta el puerto del Escudo, estaba
materialmente cubierto de público, pues de todos los pueblos habían acudido los
vecinos para rendir homenaje al representante de la nación amiga.
En los pueblos de
Alceda y Ontaneda se habían levantado artísticos arcos y el pueblo en masa
saludó a su paso el conde Ciano.
Al llegar la comitiva
al pueblo de Entrambasaguas el conde Ciano se apeó del automóvil, visitando el
pequeño cementerio del pueblo, donde reposan algunos de los voluntarios
italianos que cayeron en la campaña de liberación de Santander, y cuyas tumbas
aparecían engalanadas con banderas italianas y españolas y estaban
materialmente cubiertas de flores. El conde Ciano pronunció las siguientes
palabras: «Voluntarios itaia.nos caídos en España:»; a lo que todos los
asistentes contestaron: «¡Presentes!».
Seguidamente
emprendió la comitiva la subida al Puerto del Escudo, en el cual visitaron, en
primer lugar, e1 cementerio en el que reposan diez oficiales italianos, y donde
se repitió la misma ceremonia que en Entrambasaguas.
Sin duda alguna, el periodista confundió el
pueblo de Entrambasaguas, próximo a Solares por la CA-652 con Entrambasmestas
al pie de la N-623 (Santander-Burgos) por donde transcurrió este viaje. El
relato del mismoe viaje que publico el ABC
no contiene este error.
Paso por Ontaneda y Alceda.
Foto: Archivio Provinciale di Bolzano |
Foto: Archivio Provinciale di Bolzano |
En las fotografías pueden verse el cementerio de Entrambasmestas, a la izquierda, y cementerio italiano, situado enfrente del anterior.
Continúo con La Vanguardia:
Continúo con La Vanguardia:
En el Alto del Escudo
A las once menos
cinco minutos de la mañana llegó la comitiva al pie del monumento elevado en el
Puerto del Escudo. Allí esperaban el general Gámbara y otros oficiales
italianos. El monumento, que ha sido erigido por artistas italianos, representa
una pirámide blanca con escalones, que, asimismo, representan las cotas del
Puerto del Escudo. Al pie del monumento aguardaban al conde Ciano, además de
las autoridades locales, unas bellísimas señoritas ataviadas con trajes típicos
montañeses. El capellán italiano, Bazianini,
explicaba al conde Ciano y a su séquito las particularidades de este sobrio
monumento a los caídos de Italia por la defensa de España. S. E. el ministro de
Relaciones exteriores de Italia se interesaba vivamente por todos los
pormenores y circunstancias de este monumento, en el que reposarán los restos
de todos los voluntarios legionarios italianos que hoy se hallan enterrados en
diferentes cementerios de la Montaña, y que será inaugurado el día 28 de
agosto, aniversario de la liberación de Santander.
De
las tres líneas defensivas planteadas por el General republicano Mariano Gamir
Ulibarri para la defensa de Cantabria, la que menos resistencia opuso fue la
segunda ubicada a la altura del Escudo. Según los corresponsales de guerra
italianos, durante la mañana del 16 de Agosto comprobaron que el Ejército
Republicano, tras los duros ataques realizados la víspera por la aviación, carros de combate e infantería, la habían abandonado replegándose a la tercera
línea. Tal vez fue este hecho lo que le llevó a Indro Montanelli a afirmar que la batalla "había sido un paseo".
La guerra tiene siempre su épica, el
honor y la gloria de los caídos en combate son parte de la mercadotecnia para
venderla. En el caso presente, el paso del Escudo quedó como emblema de la
Batalla de Santander, pero en realidad la línea anterior y posterior fueron más duras de asaltar.
Relata el historiador Dimas Vaquero, que
fue el teniente de ingenieros licenciado Attilio Radic, excombatiente camisa
negra en España, quien realizó la primera propuesta de homenaje a los caídos en
esta batalla, proyecto incluido. Posteriormente el centurión capellán Bergamini fue el director de los trabajo
en la primavera de 1939. Desconozco quien costeó la obra, pero sí que el diseño
y dirección corrió a cargo de los italianos. Los trabajadores fueron
contratados en Reinosa, Soncillo, Torrelavega y Pedrosa. En vísperas de la
visita del Conde Ciano, el 4 de Julio, el general Gambara visitó la obra, el 8
el maggiore Scaglia. El maggiore Scaglia junto el capellán Bergamini pasaron el día 12 por Corconte para preparar la visita de Ciano.
De nuevo el reportero tuvo un error, el
capellán no se apellidaba Bazianini, sino Bergamini.
Quien estas líneas
escribe recuerda haber estado en el Cementerio de los Italianos en 1963, cuando
aún venían italianos a honrar la memoria del padre, del tío o del abuelo muerto
en a la Guerra di Spagna.
Por desgracia El Escudo también tiene otra
leyenda negra para los italianos. Al cementerio de los italianos vinieron
durante décadas familiares de los allí enterrados a rendirles tributo.
Excursiones a título individual en coches o colectivas en autobuses organizadas por familiares o la asociación de
excombatientes. En mayo de 1971 un autobús, en el que viajaban excombatientes y
familiares, desde El Escudo hacia Santander se precipitó a la altura de la
Puente Zorrilla cayendo por un desnivel de unos 20 metros. El balance fue de 11
muertos y 23 heridos. El Escudo se cobró su último tributo de sangre italiana.
Algún excombatiente que salió ileso de la contienda en 1937, no lo hizo de
aquel autobús en 1971.
Complementa la noticia, la visita que
seguidamente hizo a Corconte. Para no inducir a error, aclararé que el cementerio citado no tiene nada que ver con el del pueblo Corconte (Cantabria), sino se refiere a un cementerio, hoy día inexistente, situado enfrente del Balneario de Corconte (Burgos), al otro lado de la carretera.
En Corconte
Santander, 13. —
Desde el Alto del Escudo el conde Ciano prosiguió su viaje por la carretera de
Reinosa. En el límite de la carretera de Santander y Burgos esperaba al ilustre
visitante el gobernador civil de Burgos, acompañado del jefe de la Guardia
civil y el secretario de Orden público, los cuales se incorporaron a la
comitiva que siguió hacia Corconte.
Frente al balneario
se hallaban formadas doscientas camisas negras, de ambos sexos, pertenecientes
a los fascios de Vigo, Bilbao, San
Sebastián y Santander. En Corconte esperaban al conde Ciano el alcalde, el
presidente de- la Diputación, el jefe provincial de Falange Tradicionalista y
de las J.O.N-S., las autoridades locales y de la comarca, los niños de las
escuelas, las organizaciones del Movimiento, así como numerosas personas, tanto
de Corconte como de las poblaciones cercanas. Allí también se había estacionado
un numeroso público portador de banderas ocupando carros engalanados con textos
en homenaje a. Franco y al «Ducé». Una calurosa salva de aplausos acogió la
presencia del conde Ciano que
hizo su entrada en la población a la una y cuarto. El gentío prorrumpió en
vítores a España y a Italia, y a sus Caudillos, mientras las bandas de música
interpretaban los himnos italiano y español.
Con las autoridades, y seguido de las personalidades de su
séquito, el conde Ciano se trasladó directamente al sencillo cementerio situado
frente a la explanada, que se hallaba adornado con banderas Falange Española
Tradicionalista y de las J.O.N-S. una Comisión de legionarios, de Palencia,
todos con banderas y banda de música. A los acordes del «Giovinezza», las
ilustres personalidades penetraron en el cementerio, donde se hallan sepultados varios caídos
italianos. El conde Ciano depositó una monumental corona de flores y lo mismo
hicieron el ministro de Defensa Nacional, que se había incorporado a la
comitiva, General Davila; el general jefe de la sexta región militar, señor
López Pinto, representación del Ayuntamiento de Burgos, presidente de la
Diputación de Burgos y jefe provincial de la misma ciudad.
Se interpretó el
himno nacional italiano, y a continuación el capellán de la C. T. V. entonó un
responso, que todas las personalidades concurrentes escucharon arrodilladas.
Tras de esta sencilla
y emocionante ceremonia el conde Ciano hizo la evocación de los caídos, que fue
contestada con el «¡Presente!» de ritual.
Al salir del
cementerio el conde Ciano fue objeto de nuevas manifestaciones de simpatía y
afecto, a las que correspondió brazo en alto. A continuación revistó a las
fuerzas que le habían rendido honores y que desfilaron ante las autoridades.
Foto: Archivio Provinciale di Bolzano |
El último acto que tuvo esta visita, exigió desplazarse a los páramos del Alfoz de Bricia. Fue la inauguración del monumento a la Columna Sagardía. Este monumento sabemos que se hizo a instancias del general Sagardía, quien le acompañó al Conde Ciano durante todo el día. Como en las visitas anteriores la presencia del general Dávila fue constante, también la sombra negra de algún cura, que no puedo precisar si durante todo el día fue el mismo.
Ante el monumento a
los defensores
de Cilleruelo de Bricia
Santander, 13. — Seguidamente
el conde Ciano y sus acompañantes se dirigieron al lugar donde se ha de
levantar el monumento a los heroicos defensores de Burgos, en Cilleruelo de
Bricia, y que dentro de poco se inaugurará solemnemente.
En dicho lugar, donde
se registraron fuertes combates, siempre victoriosos para nuestras armas, el
fascio de Santander había depositado grandes coronas de flores, rindieron
honores a la llegada de los ministros italiano y español fuerzas de la
Laureada quinta bandera de Falange
Española Tradicionalista y de las J.O.N-S., de Burgos, pertenecientes a la 68
división, que manda el general Sagardía, y cuyos muertos están enterrados en el
lugar del monumento. Allí, el P. Ormaechea, capellán do las fuerzas que
defendieron dicho sector durante el duro asedio de los rojos, rezó un responso.
El conde Ciano y los ministros depositaron coronas de laurel y ramos de flores,
asi como el general López Pinto, la Diputación, el. Ayuntamiento y jefatura de
Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N-S., de Burgos.
El cronista se equivoca de nuevo. El
monumento estaba casi finalizado, incluso afirmo que estaba tal como está hoy en día, sólo faltaba, y sigue faltando, terminar la cabeza del ave que representa.
En
el Instituto Luce existen varios documentales acerca del viaje del Conde Ciano
a España. En el documental B1550 Spagna. Santander, pueden apreciarse:
-
El
embarque en San Sebastián acompañado de un general que parece Sagardía.
- La
visita al cementerio de Entrambasmestas acompañado del general Fidel Dávila, quien aparecerá en el resto de los actos.
- La vista
al osario del Escudo acompañado del general italiano Gambara, por aquellos años
agregado militar de la Embajada Italiana, anteriormente comandante jefe del
CTV.
-
El Balneario de Corconte y cementerio que existió enfrente.
- Por
último el homenaje a los caídos, junto al general Fidel Dávila, realizado en el
monumento existente en los páramos de Bricia.
Si al lector le ha interesado esta información, puede encontrarla ampliada, sistematizada y ordenada en el libro "La participación italiana en el Frente Norte (La Batalla de Santander)". Los pedidos se pueden hacer a:
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De interesante lectura. Gracias.
ResponderEliminarHola. Muy interesante, pero hay un error. El monumento del Águila, que es a Sagardia, es de 1962, cuando vino Ciano no existía. El monumento que citan y que creo que es el que sale en la foto es el que está un poco más adelante en dirección a Burgos pero al otro lado de la carretera.
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