El paso del C.T.V. por las Merindades (I): Buscando a Pucci.

Buscando a Pucci

     Cuando yo era niño, ejercía en Medina de Pomar un fontanero llamado Gerardo de Diego. Trabajador infatigable, todos los días, a las ocho de la mañana, estaba rodando por las calles; ajustando el grifo, corrigiendo el canalón o buscando la fuga de agua. Aparte de los trabajos para particulares, fue el fontanero del Ayuntamiento, director y ejecutor del plan hidráulico municipal, que sólo constaban en su cabeza. He dicho rodando, porque siempre viajaba montado en su bicicleta BH, jamás dispuso de vehículo a motor para su transporte personal o del utillaje y las herramientas propias de su oficio.
     En los pueblos siempre ha sido el personal aficionado a poner apodos, y algunas personas a Gerardo le decían “Puchi”, hecho que no le gustaba. Recordaré que puchi en castellano carece de significado, pero la gente lo aprendió y lo repetía con convicción. Era yo un adolescente, cuando un día le oí decir a Santi, “el del Arco”:
- Ese es como Puchi, que dejaba trabajando a Gerardo y él se marchaba a bar de la esquina.
Solicitada la aclaración, Santi nos contó a los presentes, que a Gerardo el oficio se lo enseñó un italiano, que estuvo por Medina después de la Guerra Cruel del 36, llamado Puchi.
     En aquellos años, 1960-1970, Luisa Negrete[1] echaba una mano en las tareas domésticas en casa de mis padres. Mientras hacía las camas, o cocinaba, cantaba canciones de la iglesia o de la guerra[2], de vez en cuando miraba por la ventana a la plaza de Somovilla y, al contemplar el edificio de enfrente, nos decía que[3]:
- En el Hostal Linaje estuvieron alojados “los italianos” durante la guerra.

     Con estos dos datos elaboré mi propia teoría:
     Puchi, es la transcripción fonética del apellido italiano Pucci, o bien podría ser abreviatura de Puccini o Pucciarelli  también apellidos italianos.
     - ¿Por qué un italiano viviendo en Medina de Pomar en la postguerra?.
     - Tal vez porque había estado aquí acuartelado durante la guerra; o porque se casó con una belleza de las Merindades; o porque le pareció que era su lugar en el mundo, argumento romántico; o porque no fue capaz de adaptarse a vivir en ningún otro, argumento miserable. Por otra parte, siguiendo el argumento miserable, los ciudadanos italianos, que se alistaron como voluntarios para venir al ejército colaborador del alzamiento, no siempre fueron los mismos hasta el final de la guerra, en algunos casos se les permitió rescindir sus contratos y a otros directamente les despidieron por no tener aptitud para soldados. Se supone que en ambos casos, al igual que a los heridos, les repatriaron, pero alguno se pudo quedar y consta se quedó.

Aviso al lector:
Esto no es un relato militar, ni de guerra, ni de política. Existen muchos libros que cuentan la participación italiana en la GC, haciendo consideraciones sobre todos esos aspectos. Esto es un relato que, por encima de todo, va a tratar de personas, que tuvieron la desgracia de vivir en un tiempo históricamente difícil. Aunque, en algún momento, me veré en la necesidad del describir el entorno en que se desenvolvían y lo haré, pero intentaré ser breve.

¿Qué fue el C.T.V.?

     C.T.V. son las siglas del Corpo de Truppe Volontarie, ejército de tropas mixtas, voluntarias y profesionales, que vino del Reino de Italia para participar en la Guerra Cruel de España (1936-1939), apoyando el Golpe Militar. En aquella España hambrienta, donde sobraban muertos y chinches, pero no faltaba el humor, lo denominaron “chitibú”.
     Desde finales de Diciembre de 1936 y durante el primer trimestre de 1937, fueron arribando al puerto de Cádiz unos piroscafos[4] requisados por la Marina Regia Italiana a empresas particulares. A finales de Febrero de 1937 habían desembarcado cuatro divisiones, y las correspondientes tropas y servicios de cuerpo de ejército. Tres de ellas se nutrían de 'camisas negras', es decir voluntarios fascistas; la cuarta eran tropas regulares del ejército italiano, también reclutados voluntariamente.
     Hay muchas discusiones y cifras dispares a propósito de cuantos recursos humanos llegaron a España. Aún a riesgo de cometer algún error, facilito unas cantidades, generalmente aceptadas:
1ª división "Dio lo vuole"[5]. Al frente el General Rossi. 6360 hombres.
2ª división "Fiamme Nere"[6]. Al frente el General Coppi. 6336 hombres.
3ª división "Penne Nere"[7]. Al frente el General Nuvolani. 6241 hombres.
4ª división "Littorio". Al frente el General Bergonzoli 7689 hombres.
     Cada división constaba de 3 banderas, equivalente, cada una, a un regimiento de infantería. A su vez estos disponían de 3 batallones. Estos tenían una composición clásica de 3 compañías de fusiles, una de ametralladoras, una batería de 65, una compañía de ingenieros y servicios.
     La artillería de Cuerpo de Ejercito la componían dos grupos de 75, cuatro de 100, dos de 105 y dos de 149. Total artilleros 4379 hombres.
     Había dos grupos de banderas (1801 y 1800 hombres respectivamente) y 4 compañías de carros, sendas compañías ametralladoras sobre coche y ametralladoras sobre moto, 2 baterías de auto tracción de 20mm, y otras 2 de 7. 5. 616 hombres.
     Total hombres: 35.222.

     A estas tropas de terrestres hay que sumar que llegaron a venir 6.000 aviadores, entiendo que no todos a la vez. Dejo sin cuantificar otros hombre integrados en apoyos y servicios (desde sanitarios, mecanicos hasta curas), dando por buena una cifra total entorno a los 50.000.[8]

     Otros recursos no humanos, pero fundamentales para el desarrollo de la guerra, que aportó el Reino de Italia, fueron: 763 aviones, distribuidos estos últimos en 481 cazas, 180 bombarderos y 112 aviones de reconocimiento y servicios, 1.930 cañones, 149 acorazados ligeros Fiat-Ansaldo L3 y 240.000 fusiles. [9]
     El primer general que pusieron al mando de todos los recursos fue Roatta Mancini quien, desde la fecha del alzamiento, venía muy interesado por la GC de España, donde había estado meses antes, realizando una valoración militar de la situación. Había sido el jefe del servicio de inteligencia italiano.

     No voy a entrar en las razones del cómo y por qué se produjeron los acuerdos de colaboración entre el Gobierno Italiano, representado por el Duce Mussolini, y los militares golpistas españoles, representados por el General Franco. En la obra LA INTERVENCION FASCISTA EN AL GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (Alianza Editorial) de John F. Coverdale, queda sobradamente justificada la animadversión de los fascistas italianos por la República Española, amén de un contexto de política europea con intereses muy dispares y cruzados. Recordaré que en Rusia había triunfado el comunismo bolchevique, en Alemania la ideología nacional socialista, bastante similar a Italia de ideología fascista, y otros países europeos continuaban la tradición demócrata, como el caso de Francia y Gran Bretañas. Un puzzle imposible de cuadrar.

     He citado al principio, que de Italia vinieron personal del dos colectivos claramente diferenciados por sus profesiones: militares y civiles.
     Los primeros fueron militares profesionales voluntarios y que ocuparon los puestos de mando. Gran parte de estos habían participado en la campaña de Abisinia[10].
     Entre los civiles existió una división muy clara en otros dos colectivos: los fascistas y los soldados de fortuna. Los jóvenes fascistas vinieron por motivos ideológicos. Su conciencia nos les permitía consentir que un país católico y conservador pasase a ser ateo y marxista. Para colmo, si a los notorios y públicos desmanes acontecidos en España durante la II República, unimos la persecución religiosa, quema de conventos, matanzas del clero, y otros desastres, en crecimiento exponencial desde el inicio de la guerra, la justificación de la cruzada, como guerra religiosa, estaba servida en bandeja[11]. En algunos lugares he leído que, durante aquel tiempo, fue una vergüenza que una familia no dispusiera de un voluntario en el C.T.V.
     Respecto a los mercenarios y busca vidas, han existido en todas las épocas y en todos los lugares de mundo. Pero en el caso presente, cabe pensar que tal vez era más digno servir a ejército de Mussolini que a la mafia napolitana, calabresa o siciliana[12].
     Toda la información que había ido llegando a Italia, hacía presumir que la C.T.V. iba a arrasar a los republicanos en España[13]. La "inteligencia militar" italiana (como dijo Groucho Marx inteligencia y militar son términos contradictorios) informaba que: salvo el Ejército de Africa el resto no servía para nada. Sostiene John F. Coverdale, que Franco, desde el inicio de los contactos, deseaba crear unas divisiones mixtas, tropa italiana con oficiales y mandos españoles, pero Mussolini se negó, quería todo el honor y la gloria para los fascistas italianos.

     El 18 de Diciembre de 1936 salieron para España los 3.000 primeros camisas negras. Durante el resto de ese mes y Enero de 1937 irían desembarcando las divisiones del C.T.V. antes descritas y el material bélico. Algunos autores cuentan que llegaron más de 62 barcos. Salvadas las distancias técnicas, producidas por el paso del tiempo, cuantitativamente fueron muchos más recursos que la Armada Invencible.

     - ¿Desembarcó en Cádiz un soldado apellidado Pucci, qué llegaría un día a las Merindades de Castilla?.
     - Ahora mismo lo desconozco.
     Imposible encontrar listas de personal enrolado en el C.T.V., embarcados en Italia o desembarcados en Cádiz.


     Desde aquel puerto andaluz hasta el norte de Burgos quedaba un buen trecho por recorrer a los componentes del Corpo de Truppe Voluntarie. Tardaron más de tres meses en llegar a nuestra tierra.

     PD. Ante la falta de listas de legionarios, a modo de ejemplo propongo Avellino. Es una ciudad más pequeña que Burgos, situada cerca de Nápoles. Capital de una provincia del mismo nombre, que en su conjunto es similar a la provincia de Burgos. En su entorno pariticiparon como voluntarios del C.T.V. 33 personas. Pongo la orla que, en su día elaboraron con la foto y nombres de los mismos. El Duce y el General no asaltaron trincheras, luego cuentan fuera aparte.
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[1] Hermana mayor de David Negrete, bohemio y torero ocasional. Ambos muy buena gente.
[2] Con la perspectiva que dan los años, hoy recuerdo sus conciertos como un repertorio “mas bien corto y militante”.
[3] Ahora, pensando con el corazón, creo que Luisa lo decía con nostalgia. En 1937 tenia unos 18 años. En próximos capítulos haré una referencia a “los novios italianos”.
[4] Piroscafos = barcos. En general, fueron vapores con bonitos nombres de mujer o evocadores paisajes italianos: Antonietta, Calabria, Ernani, Laura Corrado, Liguria, Lodoletta, Lombardia, Sannio, Sardegna, Sicilia, Toscana, Umbria y el barco hospital Helouan. Consta que el Sardegna estaba vendido por su propietario, la Società Italia a Lloid Triestino, pero la operación no pudo ser efectiva hasta finales de ese año. También se sabe que en algún caso (verbi gratia el vapor Lombardia) borraron el nombre e identificadores del barco, para que otros Estados Europeos no sospechasen su contenido. Para llegar al puerto de Cádiz pasaban por delante de Gibraltar. Razón por la que los barcos tuvieron que ser de la marina mercante y el personal transportado no llevó identificadores militares.
[5] Dio lo vuole = Dios lo quiere.
[6] Fiamme Nere = llamas negras.
[7] Penne Nere = penachos negros.
[8] Luis Urteaga, Francesc Nadal y José Ignacio Muro en LA CARTOGRAFÍA DEL CORPO DI TRUPPE VOLONTARIE, 1937-1939, proponen unos 50.000, que coincide con John F. Coverdale.
John F. Coverdale en LA INTERVENCIÓN FASCISTA EN AL GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (Alianza Editorial), dice que hasta el 31 de Diciembre de 1936 habían llegado a España 9.711 suboficiales y tropa, y 353 Jefes y Oficiales . Para el 18 de Febrero la cifra ascendía a 48.823
[9] Los autores antes citados, ofrecen la cifra facilitada por Paul Preston de 542 piezas de artillería, 105.000 fusiles, dos millones de bombas de mano, 140 millones de cartuchos y cerca de 4.000 vehículos. Los datos, cuando proceden de fuentes italianas, casi siempre son más altos. La explicación es clara: esta ayuda la cobraron.
[10] Traducido al castellano, invasión de Etiopía. Parte de la ideología fascista de Mussolini era constituir un imperio.
[11] Renzo Lodoli fue un fascista italiano voluntario del C.T.V. En el 2006, 70 años después de llegar a España, fue entrevistado por el diario español El Mundo. Contaba: “Cuando empezó la guerra de España tenía 23 años. Era ingeniero pero todavía no estaba trabajando. Acababa de regresar de África de luchar en Abisinia como miembro de un batallón de estudiantes voluntarios. Todos nosotros éramos fascistas. En aquel entonces todos los italianos eran fascistas. Había una organización de universitarios fascistas, de donde posteriormente surgirían los más antifascistas. Llegué a España con un regimiento de la División Littorio, en un barco que no tenía nombre ni nacionalidad. Se la habían borrado. ¡Era un barco fantasma! Llevábamos los uniformes caquis de las tropas coloniales italianas, sin grados, sin emblemas, sin nada. Salimos de Nápoles y tardamos cinco días en llegar a Cádiz. No sé por dónde pasamos. Al llegar, nos pusieron grados y emblemas y una boina negra con una estrella de cinco picos. Teníamos, como los alféreces provisionales españoles, una hombrera de paño negro con una estrella de oro. A los alféreces, nos pusieron dos estrellas blancas de plata. No llevábamos bandera italiana ni nada semejante. Llevábamos una bandera negra, con una cinta italiana y otra española”.
[12] Todos los historiadores consultados mantienen que gran parte de la tropa voluntaria se reclutó en las regiones más pobres del sur de Italia, como Calabria y Sicilia. John F. Corvedale, en la obra citada, cuenta que el general Russo, comandante de las milicias fascistas, visitó los campamentos de voluntarios presentados para salir de inmediato, a primeros de Diciembre de 1936. El panorama fue desalentador: parados con el hambre asentada en su hogar dispuestos a lo que fuese, alcohólicos, delincuentes, etc. Tuvieron que preparar un segundo contingente.
[13] Unos de los que animó el ambiente fue Luigi Barcini, corresponsal de “Il Popolo d'Italia”, periódico fundado por Mussolini. En una crónica, fechada el 20 de Noviembre, afirmada que: una sola división de camisas negras podía tomar toda España. Aseveraba tambien que: la infantería española era cobarde y no daba la cara, rehuyendo el cuerpo a cuerpo.

San Sebastián, Junio de 2011.

Continuará....

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