Adoquines torcidos en la calle Mayor (II): El Café de los Republicanos Medineses


El Café Quintana

(Foto familia López-Quintana)
   El Café Quintana fue fundado en 1868 en la calle Condestable número 8 de Medina de Pomar, más conocida por la Calle Mayor. Su arquitectura, mobiliario y decoración respondían al modelo de los grandes cafés de finales del siglo XIX, que en muchos casos perduraron durante casi un centenar de años, tales como el Café Gijón de Madrid o el Café España de Valladolid, que yo recuerde. Sin duda los diseñadores y propietarios buscaban unas funcionalidades y público que los diferenciaban de las tabernas, casas de comidas y bares, entonces existentes. Estaban pensados para unas personas que pasaban largas veladas en los mismos, procurando por consiguiente que fuesen cómodos; la calefacción era una de las necesidades imperiosas durante los largos inviernos de las ciudades del norte e interior de España. Hasta la aparición de la televisión, estaban dotados de juegos de mesa tales como ajedrez, damas, dominó u otros, y los consabidos naipes. Las mesas acostumbraban disponer de unas superficies en mármol blanco de unos ochenta por cincuenta centímetros aproximadamente, apoyadas sobre dos pies unidos, estos últimos hechos de hierro forjado. Para los “profesionales del naipe” y cuadrillas de tertulianos estos cafés tenían además algunas mesas redondas con un diámetro superior al metro, en materiales similares a las anteriores. Ubicaban las mesas buscando una geometría perfecta, de modo que unido esto a su blancura, el conjunto ofrecía una primera impresión de lugar limpio y ordenado.
      Los camareros utilizaban uniformes compuestos generalmente de pantalones negros, camisas y chaquetas blancas. Respondiendo a la imagen de estos establecimientos, era habitual que el usuario que allí acudía, independientemente de su condición social, lo hiciese con cierto decoro en su aseo personal y vestimenta.
(Foto familia López-Quintana)
     Disponía el Quintana de una barra de bar alta de unos cinco metros de fondo, situada a la izquierda según se entraba, que era utilizada principalmente por los camareros. A la derecha algunas mesas para los que tomaban algo con prisa o deseaban observar el tránsito en la calle por sus ventanales.  Transcurridos unos ocho metros hacia el fondo, la superficie del café descendía en altura un par de escalones y presentaba un espacio con más fondo. En este segundo espacio había varias hileras de mesas que conformaban una matriz perfecta. Al fondo una preciosa galería desde la que podía observarse lo mejor de las huertas medinesas, desde Villamar y El Olvido hasta  la Virgen y Villacomparada.  En el lado izquierdo de este segundo espacio una puerta daba acceso a un amplio salón, muy apropiado para reuniones o celebraciones privadas. Siendo yo un niño, toda vez que los militares sólo permitían reunirse en las iglesias con fe en dios y un rosario en la mano, presidió el salón un billar. Sin duda, en la época a que este relato se refiere, el Café Quintana era un lujo para una ciudad como Medina y posiblemente el establecimiento referencia por su calidad en la comarca.

Los Republicanos Medineses
     En 1930 estaba regido por su propietario Elicio López-Quintana, al que ayudaban sus hijos mayores. En alguna medida, durante los años más convulsos del siglo XX, el Café Quintana había sido el lugar en que personas con el intelecto más inquieto de Medina y alrededores se juntaban para debatir sobre política y problemas sociales.     
(Foto cedida por la familia López-Quintana)
     Volviendo al pasado, me permitiré colocar algunas personas en las sillas de este café. En una mesa, tal vez más próxima a la puerta, durante las mañanas y tardes pasó por allí Bienvenido Bustamante,  dueño del comercio de tejidos y confección  “La Isla de Cuba” situado tres portales más adelante en la misma acera. Bernardino Pereda con zapatería en la siguiente calle de Fernando Álvarez. Agustín Pérez  ebanista de camas y vendedor de somieres en donde la calle anterior enfila el descenso. Echaban una ojeada al periódico, mientras esperaban a un representante o un cliente de un pueblo, y comentaban las noticias de actualidad.  Los doctores D. Ramón Leivar y D. López Meloz llegaban por la tarde, una vez realizada las visitas a domicilio; sus pacientes sabían que allí les encontrarían en caso de urgencia. D. Ramón le contaba a su interlocutor que cuando hizo sus estudios de medicina fue alumno del premio Nobel, D. Ramón y Cajal, - ¡Qué gran histólogo!. El otro doctor le hablaba a propósito de la joven madre que atendió la noche anterior en un parto. – Parió gemelos, ¡Ojalá vivan en una España libre, donde los ciudadanos tengan derecho a la salud, el pan y la educación!
     Por la noche, en  una mesa redonda se juntaban los comerciantes, gente viajada, con mundo, con la experiencia que aporta el conocer gentes, sociedades y culturas distintas, algunos maestros, funcionarios y clases medias que debatían confrontado ideas y modelos distintos de hacer las cosas públicas. Pero la idea de la DEMOCRACIA, por encima de todo es interclasista y también acudían otros que, si la vida nos les proporcionó la oportunidad de estudiar o viajar, en el Café Quintana tuvieron la oportunidad de escuchar. En fin, por allí pasaban centenares de medineses como Gregorio Gallaga, Francisco Zorrilla, Domingo Martínez, Agustín Pérez Negrete, Julio López-Linares, Bonfilio Gonzalo, Sabino Santamaría, Cipriano Zamora, Fidel Ortiz de Zárate para opinar acerca de la patria, la justicia y la libertad.
     Un 13 de Octubre de 1930, siguiendo la estela de cientos de poblaciones españolas,  los republicanos medineses constituyeron el Comité local republicano, siendo Presidente del mismo Bienvenido Bustamante.
     El diario La Libertad de fecha 03/04/1931 daba cuenta de la creación de un Comité de Distrito Electoral de Villarcayo del que Gregorio Gallaga era Vicepresidente.





14 de Abril de 1931
     Los resultados de las Elecciones Municipales realizadas el domingo 12 de Abril habían dado mayoría a los partidos republicanos en las principales capitales de provincias. Reunidos los ministros en consejo, tras diversas audiencias con el Rey Alfonso XIII, entregaron el poder al comité revolucionario representante de los partidos republicanos. Nadie esperaba un desenlace tan rápido para la monarquía española; aquella noche Alfonso XIII partía a un exilio voluntario. De una forma pacífica y ejemplar, anidada entre algodones de ilusión y esperanza, nacía la II República Española.  
    La noche del martes 14 de Abril de 1931, a buen seguro, fue de emociones y júbilo general para los congregados en el Café Quintana de Medina de Pomar. Personas liberales, progresistas y socialistas, siguiendo la senda de librepensadores medineses al estilo de Ramón Chies, aspiraban a una sociedad más justa, más igualitaria, más libre. Deseaban el cese de aquel rey que jamás conecto con el pueblo, capaz de entregar el poder a los militares durante siete años de dictadura, feligrés de una iglesia egoísta y clasista, amigo de la oligarquía económica, máximo representante de una nobleza parásita, indolente y trasnochada. Querían que aquella clase dominante, que no aportaban a la patria sino pobreza, miseria y hambre, abandonasen el poder y dejasen hablar al pueblo.
     Sin duda todos no pensaban así, estaban en su legítimo derecho. En Medina, el pueblo “carca”[i] del siglo XIX, aún quedaban mucho de dios, patria y rey. Luis Castro Berrojo en su libro “Burgos Capital de la Cruzada” escribe como José María Codón[ii]  contaba que algunos niños de Medina de Pomar quemaron un gorro frigio[iii] y escupieron a la bandera republicana el mismo 14 de Abril.
   
  Conseguido el objetivo de la República Española, los Comités republicanos fueron perdiendo fuelle. La idea republicana abarcaba partidos de derecha, centro e izquierda, lo que suponía que cada uno buscaba los votos para su opción política. Cuenta el autor antes citado, en el libro “Burgos Capital de la Cruzada”, que a primeros de Septiembre de 1931 una Asamblea del Partido Republicano Autónomo Burgalés, a la que asistieron representantes de 143 comités de toda la provincia, decidió su autodisolución, pues, una vez logrado el objetivo común del derrocamiento de la monarquía, carecían de suficientes elementos de cohesión programática, imponiéndose el reagrupamiento en las distintas opciones republicanas. De hecho uno de los dos diputados republicanos representantes de Burgos acabó presentándose en las elecciones de 1933 por el Partido Republicano Conservador, junto a Miguel Maura.
     Por el contrario, en Medina, republicanos de diversas ideologías seguían unidos aún en fechas posteriores como podemos comprobar.
     El 29 de Septiembre de 1931 en la plaza de toros de Medina de Pomar los republicanos de las Merindades organizaron un Mitin de afirmación republicana al que asistió el máximo representante provincial: García Diego, y una figura de talla nacional: Manuel Maura. En el diario La Libertad del 30/09/1931 publicaron una breve crónica que adjunto; en el correspondiente al 03/10/1931 la fotografía que acompaña.
     Prueba de su actividad fue la revista DEMOCRACIA. En el número 9 se hacía eco de la cena realizada en el Café Quintana el martes día 13 de Octubre para festejar el primer aniversario del Comité Local, a la que asistieron ciento cuarenta y cinco afiliados.
     No era Medina de Pomar, por aquel tiempo, una ciudad industrial con una clase obrera; no lo ha sido nunca. La existencia de personal asalariado era más bien escasa, justa para cubrir los puestos de ayudantes de algunos artesanos y comerciantes. Respecto a la agricultura existían personas que respondían a figuras denominadas criados. Acostumbraban a ser trabajadores que vivían en casa de los patronos, con derecho a manutención y relaciones personales entre ambos muy diversas, en algunos casos próximas a la prohijación. Cierto que un porcentaje muy alto de las tierras que cultivaban los labradores autónomos eran propiedad de la iglesia y nobleza que las cedían en regímenes de aparcería y similares; lo que facto les convertía en proletarios. No obstante consta la existencia de una Casa del Pueblo del PSOE, que junto con la UGT debieron de tener en torno a medio centenar de afiliados. Después de la victoria electoral del Frente Popular en 1936 se crearon las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) siendo su primer y único presidente en Medina Gregorio Gallaga (hijo), según manifestación de sus descendientes; entre su afiliados Ramón López-Quintana y algún Ortiz de Zarate. El resto, mayoritario, de republicanos se fueron distribuyéndose entre las diversas opciones del arco republicano, incluyendo republicanos de derechas.
    En Abril de 1932 el comité Republicano independiente de Medina aún continuaba existiendo.  Prueba de ello es la pequeña reseña informativa aparecida en el ABC del 17 de Abril de 1932. Con motivo de la proclamación de la República se realizó un banquete, en un lugar que no cita, pero que suponemos fue el Café Quintana.

     Tal vez alguien que esté leyendo esto se pregunte: ¿Qué querían aquellos republicanos medineses? Una buena respuesta la encontrará leyendo la Constitución Española de 1978, que actualmente disfrutamos todos los españoles. Querían tener libertad de creencias ideológicas y religiosas, libertad de circulación y residencia. Derecho a una seguridad jurídica en procesos penales con garantías, a una intimidad personal y familiar, al honor y la propia imagen, a la comunicación, a la información, a una educación libre, a una libertad de enseñanza…. Querían un Estado Social y Democrático que velase por los más desfavorecidos, en donde todos los ciudadanos tuviesen derecho a participar en lo público…Y otras libertades y derechos, individuales y colectivos, que todos disfrutamos hoy en día.
     ¿Alguien estaría hoy dispuesto a perderlo? ¿Por qué? ¿En nombre de quién?, ¿de Dios?, ¿del Rey?...
     Por desgracia, a veces, sólo el paso del tiempo sirve para poner las cosas en su sitio, y aquellas “ideas terribles, revolucionarias, subversivas” situarlas en nuestra cotidianidad como idearios irrenunciables.

El Frente Popular
     A finales de 1935 se planificó la unión de los partidos de izquierda en el denominado Frente Popular. El 16 de Febrero de 1936 tuvieron lugar las elecciones[iv] que dieron el triunfo al Frente Popular. El día 20 se dieron por válidos los resultados[v]:
CENTRO IZQUIERDA

CENTRO DERECHA

PSOE
88
CEDA
101
IZQUIERDA REPUBLICANA
79
PARTIDO DE CENTRO
21
UNION REPUBLICANA
34
COMUNIÓN TRADICIOANALIS.
15
EZQUERRA CATALANA
22
RENOVACION ESPAÑOLA
13
PARTIDO COMUNISTA
14
LLIGA REGIONALISTA
12
ACCION CATALANA
5
PARTIDO AGRARIO
11
ORGA
3
PARTIDO RADICAL
8
OTROS CENTRO-IZQUIERDA
18
OTROS CENTRO-DERECHA
28

    Los resultados en la provincia de Burgos fueron[vi]: Manuel Bermejillo (CEDA) 70.830, Julio Gonzalo (CEDA) 73.535 votos, Francisco Estévanez (Independiente, ¿Tradicionalista?) 65.906, José Mª Albiñana (Nacionalista) 60.322, José Mª Valiente (Independiente, ¿Tradicionalista?) 64.670, Moisés Barrio Duque (Izquierda Republicana) 39.339 y Eliseo Cuadrado (Izquierda Republicana) 34.274.
     En el mes de Marzo el nuevo Gobernador Civil de Burgos cesó los Ayuntamientos[vii] nombrando unas Gestoras Municipales a la espera de unas elecciones previstas para el mes de Abril.
     La Gestora Municipal quedó constituida en Medina por: Elicio López-Quintana como Alcalde,  Agustín Pérez López como Primer Teniente de Alcalde, Francisco Marina Casado como Segundo Teniente de Alcalde, Juan Ruiz-Bravo Brizu como  Síndico, Gregorio Gallaga, Domingo Martínez, Francisco Zorrilla, Luis López García, Eladio Peña Alonso y Rufino Villasante como concejales.
     Los graves desórdenes sociales, acontecidos en algunas ciudades  y zonas rurales de Andalucía, hicieron que las elecciones municipales fijadas para el 14 de Abril fuesen suspendidas para mejor ocasión; razón por la que las Gestoras Municipales continuaron ejerciendo su función más tiempo del previsto.


[i] Carcas: fue el nombre dado a los carlistas en el siglo anterior.
[ii] José María Codón fue un conocido abogado burgalés nacido en Villarcayo en 1913. Procurador en las Cortes franquistas y Consejero Nacional. Uno de los máximos exponentes del Tradicionalismo en Burgos.
[iii] Gorro frigio: especie de caperuza en forma cónica de lana roja. Lo llevaban los esclavos liberados  de Roma. Fue adoptado como símbolo por los revolucionarios franceses y República Española.
[iv] El sistema electoral de entonces difería mucho del actual. No se votaban listas cerradas de partidos políticos, sino candidatos individuales. 
[v] Como dato curioso Falange Española y de las JONS, que no se adhirió al frente de derechas, no obtuvo ningún diputado.
[vi] En el extremo derecho del espectro político burgalés se situaba el doctor Albiñana, que mezclaba viejas retóricas ultranacionalistas con ropajes copiados del fascismo. Según escribe Ramiro Ledesma en su ¿Fascismo en España?, el albiñanismo era una gesticulación reaccionaria al servicio descarado de la aristocracia terrateniente y de los núcleos más represivos del país. Recíprocamente, el PNE denunciaba que FE-JONS era un partido político de izquierdas que, como todos ellos, actúa en menoscabo del espíritu tradicional español.
[vii] Sostiene Antonio Martínez Marín en su obra “La Representatividad Municipal Española…” que en el período desde la Constitución de 1812 hasta la de 1978 la intervención gubernativa en los Ayuntamientos  siempre fue un hecho. En primer lugar, porque se entendía que el Ayuntamiento es el último eslabón de la cadena administrativa. En segundo, porque el alcalde y el teniente de alcalde, en la medida que eran ejecutores de las disposiciones del Gobierno, debían de contar con su confianza. La Ley municipal de 1935, que impedía la intervención gubernativa, no llegó a entrar en funcionamiento, ya que no se realizaron las elecciones municipales que hubiesen iniciado el nuevo proceso.

1 comentario: